Todos los laberintos
son el mismo si se trata
de escapar a toda costa.
No fue suficiente
cambiar de país,
de idioma o bares.
Te pierdes, te asustas,
tropiezas:
caes y vuelves a caerte.
Entonces
te das cuenta:
la piedra
eres tú.
—
Poema extraído de El espejo.
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